Polinesia, desde hace muchos años, ha sido el escenario de numerosas novelas y películas por su exotismo; sus habitantes tienen una identidad y cultura propias que han sabido conservar hasta nuestros días.

Expertos navegantes que aún se fían mas de las estrellas que de la propia brújula o cartas náuticas para surcar estas limpias aguas del océano ¨mohana” que separan las innumerables islas de origen volcánico y de espectaculares atolones cubiertos de corales.

El atolón de más renombre es Ranguiroa: es uno de los más grandes del mundo, con 240 “motu” o pequeñas islitas que forman un anillo de corales que encierran en su interior al motu Paio.

La incomparable luminosidad y colores de la laguna, del verde jade al azul turquesa hasta el violeta, maravillan a cualquiera.

Evidentemente la mejor manera de vivir esta experiencia es con un barco de alquiler con tripulación.

Debido a sus innumerables motus, con estrechos pasos y fondos irregulares, no hay bases de alquiler de barcos sin patrón. La oferta se ciñe a embarcaciones con tripulación que son principalmente catamaranes.

Al noroeste del atolón se encuentra Avatoru, su pueblo principal donde se encuentran los edificios administrativos, correos, un par de iglesias y un centro, talles de perlas y nácar.

En el extremo este del motu, se encuentra Tiputa; precioso pueblo de casas construidas con “piedras” de corales blancos rodeados de maceteros de coloridas flores. De forma ovalada, Kakura está formada por 65 grupos de islotes que forman una laguna de agua cristalina, el pueblo más importante es Raitahiti, ubicado bajo cocoteros en la parte alta del atolón.

Fakarava es el segundo atolón más grande de la polinesia y junto a sus seis islas vecinas, forma parte de la proclamada por la Unesco Reserva de la Biosfera por su fauna y flora y especialmente por las raras especies de crustáceos como camarones o cigarras de mar.