Canales de Venecia 2ª parte

Tras el paseo zarpamos esta vez sí a nuestro destino estrella: la ciudad de Venecia. Llegamos a la Marina Santelena, donde se ubica nuestra base, a unos 5 km del centro.
Durante el paseo encontramos preciosas casas con jardines en plena ebullición, la primavera ha llegado para quedarse y el sol arranca todo el color a las flores. Entramos a curiosear en una casa-taller de cerámica que expone las piezas en el jardín.
Tras un corto paseo aparece la gran estampa. Venecia, con el Lido a lo lejos. El gran canal. El enorme bullicio de vaporettos y barcas. Una escena que todos reconocemos pero que nos impacta por su belleza. Tenemos suerte porque no hay demasiados turistas, nos adentramos en la red de callejuelas y canales de la cuidad. Magia pura, los gondolieri se sortean llevando a turistas extasiados en este enjambre de agua y monumentos.. cada casa, cada iglesia, cada rincón es un tesoro de nuestra civilización, una joya de la arquitectura bizantina que en pleno siglo XXI sigue luchando por permanecer sobre la superficie del agua. Tras unos cientos de miles de fotos con el puente de los suspiros al fondo llegamos a la Piazza San Marcos. La Basílica, iluminada por el sol es sobrecogedora. Contemplamos la plaza sentados en la terraza del café Florian degustando unos Aperol deliciosos mientras suena la música del piano. Es muy recomendable a la vez que carísimo, pero merece la pena.

Acabamos el día con la música de Vivaldi, en un concierto en la Iglesia de San Vidal.
Por la mañana temprano recorremos el gran canal a bordo de nuestra barcaza. Es una experiencia increíble que no os podéis perder, alquilar un barco y navegar por los canales de Venecia, entre este bullicio flotante es apabullante. Nos cruzamos hermosas barcas taxi de madera, la barca de reparto de amazon, la barca de correos, hasta una barca llevando un féretro. Un espectáculo.
Dejamos atrás Venecia y comienza nuestro regreso, primero Pellestrina y por fin Chioggia que es otra mini Venecia más modesta. Os recomiendo un paseo en bici y una visita a la pescheria, el mercado de pescado.
El sol cae y al atardecer el Sile nos lleva despacio de vuelta a casa.

Carmen Hernández