Comiendo helado en Split – Croacia

Puede parecer tonto, pero siempre había creído que mi postre helado favorito, el “Banana Split” se había inventado en Croacia, en la ciudad de Split.

En uno de mis viajes a Croacia, para pasar unas vacaciones en goleta, embarcábamos en Split, bueno en Trogir (a unos 15 minutos en coche del aeropuerto de Split)

Llegamos en un vuelo temprano, nos daba tiempo para explorar un poco la ciudad.  Sin rumbo fijo, nos fuimos perdiendo entre callejuelas y edificios de piedra, entrando en patios de vecinos abiertos y observando a los otros paseantes.  Recuerdo que era finales de Septiembre, pero ese día el tiempo no acompañaba, había una niebla ligera, que le daba a nuestro paseo un aire londinense.

Decidimos sentarnos a comer, tanto paseo nos había abierto el apetito, al llegar al postre, lo tenía claro para mi Banana Split, escuché una voz que decía ¿compartimos? Y me salió del alma…NO, pídete otra cosa. No me considero una persona egoísta, pero estoy harta de compartir postre con los que dicen que no quieren y acaban comiéndose casi todo.

El Banana Split no defraudó, era precioso, su plátano, sus bolas de helado (chocolate, vainilla y fresa) su nata montada, sirope a tutiplén y como no podía faltar su guinda. Estaba muy rico.

A duras penas, después de semejante comilona, nos fuimos a la goleta, nos esperaba el capitán y la tripulación para darnos la bienvenida.

Disfrutamos toda la semana navegando entre las islas, Solta, Brac, Hvar, Korcula, aprovechando los días para nadar, hacer snorkel y bajar a tierra a hacer alguna excursión. Las vacaciones perfectas.

 

Ya en casa, me picó la curiosidad y busqué en internet “origen del Banana Split” que chasco, que desilusión, se atribuye la invención a un tal David E. Strickler de Latrobe, Pensilvania en 1904 o a un concurso de repostería en Wilmigton, Ohio en 1907.

Mi versión me parecía más creíble, seguro que alguien de Pensilvania había pasado por Split y copió la idea.

Belén G. Sáa