Después de llegar a la Habana y estar allí durante 2 días, antes de embarcar en Cienfuegos a bordo de los 9 catamaranes que Aproache tenia preparados, hemos tenido la oportunidad de visitar esta increíble y preciosa ciudad , llena de color, de música, de picaresca , de coches maravillosos de otro siglo en perfecto estado de apariencia y de uso . La oportunidad de patear muchos de los rincones secretos de la Habana, de elaborar una guía de mojitos de los buenos y también de los malos , de disfrutar del placer de estar en un país donde te comunicas en tu propia lengua, de conocer un poco mas a este pueblo espabilado a la fuerza, astuto, simpático, ruidoso y siempre embaucador y cautivador.
Para mi era mi cuarta visita a Cuba y ha sido una buena sorpresa ver que desde 2011 que fue mi ultima visita, las cosas han mejorado bastante. La ciudad esta mas limpia y da la sensación que esta mas alegre, que hay mas trabajo , mas incentivos.
La Habana sin duda es una de esas ciudades que hay que visitar y que pronto se convertirá en uno de los destinos turísticos más populares de America.
Desde la Habana salía nuestro Transfer a Cienfuegos, desde el Capitolio, 2 ómnibus (como allí los llaman) a los autobuses esperaban puntuales a las 11 de la mañana a toda flotilla de Aproache compuesta en esta ocasión por 70 personas. Tres horas de viaje para este traslado y ya en Cienfuegos embarcar a bordo de los 9 catamaranes que hemos alquilado para hacer una semana de navegación hacia el sur, hacia los cayos del sur.
Al llegar a Cienfuegos preparamos la compra para 1 semana, durante ese tiempo no será posible comprar nada, solo podremos pescar, por lo que hay que calcular bien agua, bebidas y toda la comida. Elegir las aletas y las gafas de bucear, chequear el barco, hacer los papeles de inmigración con la autoridad y los guarda fronteras, pagar las tasas y todo listo. También nos hacemos con cañas de pescar y unos cuantos ganchos para poder pescar langostas.
Aproache ha organizado una cena de bienvenida para toda la flotilla en la azotea de un restaurante muy coqueto, con vistas al mar y a Cienfuegos, con palmeras, con el famoso cantante Richy Pérez y su grupo y por supuesto, con el tradicional “Puelco” asado que no podía faltar en ninguna celebración cubana.
Después un paseo hasta la marina para descansar en los catas. Afortunadamente no hace nada de calor dentro de los barcos.
Barracuda en Cayo Largo
Amanece despejado con viento del este de unos 12 nudos, lo que nos permite navegar a vela a unos 5 nudos de velocidad, ideal para intentar pescar alguna barracuda o algún atún. A veces también pican los Wahoo aunque parece que son más de verano que de esta época.
A las 2 horas el catamarán Victoria pesca la primera barracuda, un bicho de unos2 o 3 kilos. Los chavales del Victoria lo anuncian rápido por el canal 68 que es el que utilizamos para comunicación en la flotilla y enseguida empiezan las preguntas. ¿Es Grande? ¿Quién lo ha pescado? ¿Qué estáis usando en el curricán? Ecetera.
Nosotros en el Poco Loco también tuvimos suerte. Ese día pescamos una barracuda de unos 5 kilos con un pulpito parecido al que había picado en el otro catamarán. Agustín, en el Pasman, también pesca un par de buenas piezas. Bueno realmente 2 y ½ , el medio es un atún que según esta cobrando el carrete, otro pez bastante grande lo ataca y deja solo en el anzuelo de Agustín, la cabeza del atún (lo ideal para un caldito de pescado totalmente limpio para echar a la cazuela) Upps.
Nuestro objetivo hoy es Cayo Guano del este donde después de 40 millas llegamos poco a poco los 9 barcos. Allí encontramos fondeados 2 barcos de pescadores. Con el dinghy nos acercamos a hablar con ellos y preguntamos si tienen algún pescado rico. Nos dicen que tienen pargo y algunas langostas. Les traemos una botella de ron blanco y nos dan a cambio el pargo de 3 kilitos y 4 langostas , lo normal en cualquier lugar del Mediterráneo. También nos ofrecen hielo para enfriar bebida, no potable y con buen olor a pescado. Pero decidimos no llevarlo (el hielo, digo).
Cena de lujo a bordo con el Pargo al horno con cebolla y patatitas y las langostas. Decidimos hacer unos spaghettis carbonara sustituyendo el bacon por langosta , una exquisitez que solo aquí en el Caribe me atrevería a hacer sin que me rompan la cara. Riquísimos, de verdad.
Después de cenar se empiezan a oír tambores lejanos, es el catamarán Nautilus que desde este día cocería la responsabilidad de fiestas de la flotilla y no la dejaría hasta el final.
Solo acabamos de empezar.
(Continuará)
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