Cuba , Flotilla diciembre 2020. Covid Free 3ª parte

Flotilla-Cuba-Covid-free-alquiler-catamaran-vacaciones-navegandoAvistamos pelícanos lanzándose en picado hacia el mar en busca de sus presas. En seguida íbamos a comprender que ser pelícano aquí no es tan difícil porque el mar te lo pone fácil.
Tenemos un viento de 18-20 nudos del este que nos permite navegar por encima de los 8 nudos de aleta con rumbo directo a Punta del Este en cayo Largo .
A mitad de la travesía sacamos una de las cañas. No pican. Joaquín entonces saca la otra caña, busca un cabo para atarla una vez que ha lanzado el sedal y su milagrosa yamashita. Pero no le da tiempo. Picaron!!! Recoge-recoge- ya! Un bonito túnido se acerca a nuestro barco. Mientras estamos cobrando la hermosa pieza la otra caña comienza a agitarse. El sedal tira con fuerza, hemos hecho una captura doble. Es otro bonito túnido. Es el comienzo del festival, la clave de la felicidad de los pelícanos.,

Desde ese momento y hasta el final del viaje no paramos de pescar.

Tuvimos momentos en los que se juntaban tres o cuatro piezas en pocos minutos. Por fortuna Coto estaba siempre atento e iba almacenando los peces en un cofre y en cuanto podía los dejaba limpios y listos para cocinar. Hicimos unas 50 capturas. Estábamos en el paraíso de cualquier pescador, un mar tan fértil nos proveía de las más deliciosas carnes de pez: pez perro, cibil, jurel, pargo, pez limón, barracudas. Al horno, en ceviche, en guiso, siempre Coto tenía una receta deliciosa para disfrutar de nuestra pesca. Además pudimos probar las lambi, esos bichos enormes que habitan en caracolas gigantes que parecen castillos submarinos. Y como no las langostas, de deliciosa carne blanca.

Tras un día de bonita navegada atardece en los Cayos de Cuba. El viento cae, el agua está cálida y el sol se apaga estallando en mil colores que se mezclan en el cielo.
Amanece ventoso pero brilla un sol magnífico. Vamos a fondear cerca, con una parada antes para hacer por fin nuestra primera inmersión (de snorkel). El grupo se lanza al agua. Yo me quedo algo rezagada entre el lío de gafas, tubo y mascara para el sol y gracias a eso puedo oír gritar a Jose y Emi ,que están a unos pocos metros del catamarán , me llaman a voces. Ven, Ven!!! Me pregunto que habrán visto, pero entonces veo una aleta que sobresale del agua.

Flotilla-Cuba-Covid-free-alquiler-catamaran-vacaciones-navegandoSon delfines! Me lanzo y nado como una loca hacia donde están y entonces, debajo del agua, a unos pocos centímetros de nosotros los vemos. Son 3 hermosos delfines que nadan juntos, y que al vernos curiosean y nos muestras alguna pirueta submarina. Es increíble, emocionante tenerlos tan cerca. Hay muy poco fondo y podemos disfrutar un buen rato de su compañía. Esto me recuerda lo mucho que echaba de menos estar así, debajo del agua, snorkeleando, escuchando únicamente el sonido de mi respiración y sobrecogida por contemplar la naturaleza del fondo del mar. Es un lujo, un privilegio poder nadar en un sitio así. A pesar de todo, del cambio climático, de la destrucción de los santuarios naturales por culpa de nuestra ambición. Por eso esto es un subidón de optimismo, es un enclave que parece ajeno a todo lo malo. Los Cayos del sur de Cuba , con sus playas de arena brillante, los animales del mar, la pesca, las langostas y las hermosas caracolas (cobos como los llaman aquí) que son obras de arte con el lomo ocre y rosado.

Los fondos de los arrecifes en los cayos de Cuba son mejores de lo que me había imaginado, el coral vivo y colorido, miles de gorronas y muchísimos peces. Recomiendo sin ninguna duda un charter en catamarán en Cuba , también puedes alquilar un velero en Cienfuegos pero con un catamarán iras mas tranquilo con la poca profundidad con la que se navega casi siempre aquí en la zona que llaman “ El Plácer”

Tras el aperitivo zarpamos rumbo a una playa paradisíaca. Por el camino seguimos pescando, debemos parar hasta 5 veces para subir las capturas a bordo, esto es un no parar.
Por fin fondeamos (más bien amerizamos con el barco) en la playa. Nuestro catamarán avanza hasta quedar posado en plena arena. Está atardeciendo y los colores son tremendamente limpios. El cristal verdoso del agua contrasta con la arena blanca y el cielo rosa. Un avión que va fumigando los cayos sobrevuela nuestros Catamaranes a muy poca altura . Coto nos prepara el pez perro en el horno. Está delicioso, tiene una carne blanquísima y es muy suave, nos cuenta que por eso se lo dan aquí a los niños. En su garganta tiene 3 bolitas a modo de piedras con las que tritura el coral del que se alimenta.
La mañana se levanta sin viento y tras el desayuno planeamos el día. Hay que acercarse a tierra para hacer la entrada en Cayo Largo y pasar la inspección de policía , inmigración y sanidad y hacer algo de compra antes de salir hacia cayo Rosario. Además tenemos que reparar la caña porque ayer una barracuda grande nos rompió el sedal (y se llevó nuestra querida yamasihta).
Zarpamos hacia la marina de Cayo Largo . En cuanto llegamos al amarre ya nos espera la “dotora” para tomarnos la temperatura. No podemos desembarcar hasta que comprueban que nuestras PCR están en orden con la Habana y somos todos Covid free para dejarnos salir a tierra . La autoridad “poltuaria” también chequea nuestros papeles, todo correcto. Por supuesto salimos del barco con nuestras mascarillas, que aquí se llaman nasobucos , a mi ese nombre tan lógico me ha hecho cogerle cariño a la mía, quien me lo iba a decir.
El pueblo es muy turístico pero ahora está vacío, llevan meses sin ver un turista. Visitamos Joaquín y yo el dispensario local porque uno de los trabajadores de la marina lleva un mes con un terrible dolor de pierna por una ciática. Afortunadamente llevo la medicina mágica y le acompañamos al dispensario para poder pincharle allí . Nos mira tremendamente agradecido y de paso nos enseña el local y nos presenta al médico y al enfermero.
Damos una vuelta por el pueblito de casas de madera pintadas de blanco y otros colores chillones, rosa, azul, verde, rojo. Esto, mezclado con la vegetación de palmeras y las flores tropicales le da al conjunto un toque muy exótico y a la vez colonial. Hacemos aprovisionamiento en el super local, estamos de suerte, porque hay fruta y huevos. Antes de marcharnos nos acercamos a la única tienda de artesanía abierta donde compro una bonita guayabera blanca, una botellita de ron Havana y un cochecito de madera como los que circulan por aquí (sin la ITV).

Flotilla-Cuba-Covid-free-alquiler-catamaran-vacaciones-navegandoEn la marina se puede alquilar un catamarán en Cayo Largo y recorrer los cayos de alrededor.

De vuelta al catamarán encuentro a Joaquín enseñando la receta tradicional española de las gambas al ajillo que Coto prepara deliciosas de aperitivo.
Salimos rápido para aprovechar el día, está muy soleado y el viento ha desaparecido. Vamos de nuevo a varar los Catamaranes en la increíble arena de playa Sirena.
Coto y Ginés están trabajando mucho. En la marinería, la cocina, el orden, nos han eximido de cualquier tarea doméstica así que vamos muy muy relajados. Así da gusto navegar.

Vamos a pasar la noche a cayo Rosario, de camino hacemos una nueva parada en una playa paradisíaca donde varamos de nuevo los enormes catamaranes que se posan en la arena como si fueran ligeras barquitas de pesca.

Durante la travesía pescamos una gigantesca barracuda y Coto prepara un increíble de ceviche de pescado y de Kobo, que luego vamos a cenar. Además hoy tenemos una super fiesta de disfraces (todos hemos venido más o menos preparados desde España).

En cuanto atardece inauguramos el photocall con los primeros invitados, hemos fondeado abarloados así que es fácil pasar de un barco a otro.

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El primero en llegar es Mosty, un terrible terrorista con un cinturón bomba (los plomos de buceo que el bueno de Ginés le ha prestado), unas gafas de sol rotas y un turbante con toalla tapándole esa terrible mirada. Aparecemos luego Joaquín y yo de pareja de Hare Krishna y a continuación nuestro Jose ataviado de novia psicópata y Emi de hippy de los 60. Salta entonces al barco un poli corrupto de Nueva York seguido de una pirata del caribe de lo más sexy. Por babor aparece entonces una espectacular Carmen Miranda, con un traje de baño con escote de vértigo, los labios de rojo pasión y un tocado de plátanos y flores frescas.

Detrás viene la tabernera del puerto de generoso escote seguida de un decadente César Augusto con su corona de Laureles y su toga de senador (una sábana cogida con pinzas de tender la ropa, eso si).

Los últimos invitados son difíciles de reconocer. Daddy Yankee con un chándal amarillo y azul (del Cádiz), una gorra de béisbol roja, cadena gordísima de oro y gafas de sol que va acompañado de una guapa muchacha cubana con guayabera blanca, sombrero de panamá de color lila y un habano entre los labios.
Coto y Gines lucen las gorras de marineros que les hemos traído y están partidos de la risa de ver a estos españoles locos vestidos tan raros. Pasamos una noche entre risas, bailes y algún que otro ronsito.

… continuará

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