Cuba , Flotilla  diciembre 2020. Covid Free    4ª parte

Despierto y ya flota en el aire el agradable aroma del café recién hecho por Coto . Hoy además nos ha preparado huevos revueltos con jamón y tomate. Sólo tenemos leche en polvo, aquí no es fácil encontrar leche frescaFlotilla-Cuba-Covid-free-alquiler-catamaran-vacaciones-navegando aunque a los niños sí les dan su ración diaria lo mismo que a los ancianos.

Después del desayuno toca un rato de snorkel en una zona preciosa, llena de corales. En el mar hay mucha vida, millones de peces, veo un pez perro, algunos meros chiquititos pero preciosos con su piel negra con motas azules. Me sorprenden los enormes jardines de gorgonias, las hay violetas, amarillas, verdes, es  fascinante ver  estas enormes formaciones meciéndose en el fondo de este mar Caribe .

Tras el fondeo zarpamos como dice Gines al paraíso, “al lugar donde se inventó el paraíso”. Es un pequeño cayo justo al lado de Cayo Rico ,Un lugar con enormes bancales de arena ocre, bañados por el agua más cristalina que nunca ví y rodeados por verdes manglares de jugosas plantas que hunden sus raíces en el mar. Tras aproximarnos con el dinghy tenemos que continuar caminando un buen rato hasta a una de las playitas ya que apenas hay fondo. El plan es hacer una barbacoa en tierra con los pescados que Coto y Ginés van a preparar en la playa. La luz es increíble, el sitio es un remanso de paz y de naturaleza brutal. Pasamos el día en esta isla del fin del mundo, de este mundo que solo por sitios así merece la pena conservar.

Atardece mientras volvemos al barco saboreando los últimos rayos del inmenso  sol cubano y ponemos rumbo con el sol casi metiéndose hacia Punta Mal Tiempo para pasar la noche allí.

Por la mañana , la playa blanca invita a un buen chapuzón a las 7 de la mañana , que maravilla. Después del desayuno  navegamos rumbo a Cayo Alcotraces donde hay una piscina natural, dicen que es un sitio increíble y a estas alturas ya no me queda duda de que nuestros amigos son de fiar. Mientras navegamos conversamos con Coto, son muy buena gente estos cubanos. Estamos intentando organizar con ellos una cena especial de despedida, queremos ir a un paladar con sus familias y que nos preparen una de las joyas de la comida cubana, el delicioso puelco asado.

Nado un buen rato hasta llegar a la piscina y por el camino me encuentro a tres hermosísimas reinas, estoy sola y creo que se me acercan curiosas y atraídas por el brillo de mFlotilla-Aproache-Cubai traje de baño que es de color champán. Me despido por fin de mis nuevas amigas y me reúno con el grupo, nadamos en esta increíble laguna de coral antes de volver al barco.

Nuestra próxima parada es en Los Ballenatos, un enclave de arrecifes magnífico. Cuando me lanzo al agua una vez más Cuba me descubre por qué es uno de los destinos más deseados por los amantes de la navegación y un destino para alquilar barcos que no debes perderte. EL sol brilla con fuerza y por eso el arrecife se muestra esplendoroso. Está lleno de vida, vemos corales cerebro , corales de rama, anémonas y millones de peces de colores, hay loros, cirujanos, globos, meros, y como no las grandiosas gorgonias con su esbelto porte y su danza mágica. Los corales son esculturas sumergidas, veo uno que me recuerda a un portal de Belén, una preciosa armonía de corales rodeados por anémonas con un sinfín de recovecos donde los peces se cobijan.

Este viaje estoy de suerte, el otro día vi los delfines a pocos metros y hoy me topo con el rey de los mares, un bonito tiburón, que por cierto no debe ser cubano porque se muestra muy esquivo.

De vuelta al barco una manta nos observa posada en el fondo de arena blanca, va escoltada por varios pececillos blancos que la siguen con respeto.

Después de tantas emociones debemos volver al barco, nos espera una travesía hasta Cayo Guano del Este que está a unas 40 millas de Cienfuegos. Vamos ya haciendo el camino de vuelta a Cienfuegos.

Por el camino las necesarias paradas cada vez que pescamos, hasta 6 veces. Una de nuestras presas solo tiene la cabeza, el resto ha sido el festín de un tiburón.

Durante todo el día Coto ha estado haciendo llamadas para  tratar de organizar nuestra cena cubana, no está fácil encontrar el animalito. Nuestras esperanzas de difuminan al final del dia. Parece que no vamos a conseguirlo. Joaquin que ha venido muchas veces a Cuba y lleva alquilando barcos en Cuba mas de 25 años nos dice que en Cuba muchas veces las cosas parecen que son imposibles pero al final todo se arregla y sale bien.

A las 6 am zarpamos para apurar las últimas millas hasta Cienfuegos, es un día muy soleado, está ventoso y es una delicia navegar. El catamarán navega a 9 nudos con 20 nudos de viento de través. A eso del mediodía Coto nos da la buena noticia, ¡por fin ha conseguido el Puelco!, nada más y nada menos que 120 libras , unos 60 kilos. Cenaremos en un paladar de un amigo suyo, con toda su familia y la familia de Ginés, unas 30 personas y podremos probar la deliciosa gastronomía cubana.

Flotilla-Cuba-Covid-free-alquiler-catamaran-vacaciones-navegandoAdemás tenemos hasta un grupo de músicos que nos amenizarán la velada. No podíamos imaginar un final mejor a este viaje.

Llegamos al paladar caminando desde la base, está dentro del pueblo, a unos 15 minutos de la Marina de Cienfuegos , en un lugar de casitas pequeñas rodeadas de huertos y jardines.

Allí ya nos espera la mujer de Gines, sus hijos y su nieta, la madre de Coto y sus hijos con sus novias.

Nos han preparado una enorme mesa y veo al gigantesco puerco asado en una bandeja, listo para ser degustado. Los músicos ya están tocando.

Además del puerco probamos banana frita, arroz congrí y yuca con corteza de cerdo. Delicioso. Esto es un festín. Somos 30 comensales, charlo con la madre de Coto que ha sido profesora toda la vida y con la hija de Gines que es físico y también da clases en la Universidad. Es muy fácil departir con los cubanos, nos parecemos enormemente, salvando alguna cosilla que otra. Creo que

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ellos son más disciplinados pero tanto o más disfrutones que nosotros.

Y así acaba nuestro periplo cubano, bailando, cantando y compartiendo buenos momentos en un escenario idílico en estos tiempos tan difíciles de Covid.

Volvemos a casa, la Navidad nos espera. Me llevo mi nasobuco.

Carmen Hernández Pérez

 

 

 

 

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