Mallorca y Menorca en flotilla (3ª parte)

Por la mañana temprano ponemos rumbo a Cala Morlanda, en la pedanía de Manacor, un sitio acogedor donde hay una cueva y pasadizos para dar un paseo. El mar está repleto de peces y llegamos nadando hasta la playita de piedras.

Salimos tras el baño, no esperan 15 millas hasta nuestro próximo destino, sopla viento del sureste y aprovechamos para sacar las velas rumbo al Norte, a Cala Mesquida.

Es un lugar muy concurrido durante el día, pero cuando atardece la cala queda desierta y se puede disfrutar de la paz del lugar que es bellísimo, resguardada de los vientos del segundo y tercer cuadrante así que el mar está en calma. La cala está enclavada entre pinos y dunas, Cap de Pera es el pueblo más cercano, a unos 7 km, para los amantes de los paseos. Allí hay un restaurante y un bar pero nosotros hoy cenaremos a bordo, tenemos unos mejillones que vamos a preparar con tomate , cebolla y un poco de guindilla.

Hemos navegado muchos años por Baleares y no dejamos de sorprendernos de los maravillosas que son esta islas.

Al amanecer zarpamos rumbo a Menorca, tenemos 23 millas de recorrido, no hay viento así que navegamos a motor. El cielo está despejado y brilla el sol con fuerza aunque la brisa es fresquita y la navegación es una delicia. Llegamos a la hor

a de comer, para fondear en Cala Macarella. Hay bastantes barcos pero no es de extrañar, el agua estalla en mil colores frenéticos: turquesas, azules, la playa de arena blanca , los pinos verdísimos. Recordad una vez más que al fondear hay que evitar la poseidonia.

Después de comer empieza a soplar una brisa de Norte de 15 nudos y organizamos una regata hasta Cala LLucalari y final en Cala Excorsada que es el sitio donde pasaremos la noche.

Los 8 barcos navegamos juntos, nos vamos haciendo fotos por el camino, todo el mundo tiene la oportunidad de llevar la caña, de trimar las velas, de mostrar la pericia navegando. Es una buena escuela para todos nosotros. Y los chicos aprenden a amar el mar y a disfrutar con los amigos y con la familia.

Fondeamos en esta cala que también está ya desierta. Los jóvenes salen de excursión hacia los acantilados y regresan ya de noche, cuando la cena está lista. Nos volvemos a mezclar entre los barcos dejando a los chicos todos juntos en uno. Es de las cosas que más les gusta, sentir la libertad y la independencia de moverse entre los barcos, bajar a tierra, pasear y nadar con los amigos, en  un entorno privilegiado y tranquilo.

Por la mañana nos acercamos a Cala Galdana para aprovisionarnos en el super local, de ahí vamos a Cala Mitjana y después a Cala Turqueta.  Menorca es la isla de las mil calas, un lugar que nunca acabas de explorar del todo.

Por la tarde salimos hacia Ciudadela donde tenemos reservados los amarres a través de la web.

Ciudadela es una ciudad con un precioso casco antiguo con casas medievales, por donde merece la pena dar un largo paseo. Visitaremos el Ayuntamiento de estilo Gótico, los Palacios de Salort y Torresaura, y la Catedral de Santa María que es una reliquia del siglo XIV. Cenamos en uno de los restaurantes típicos de la ciudad  repartidos por barcos y luego quedamos todos en el puerto a tomar una copa antes de ir a dormir.

Por la mañana salimos navegando a motor porque no hay viento hacia el Norte de Menorca, para fondear en la Cala de Algaiarens. Me acerco en dinghy hasta la orilla y exploro el lugar, un camino me lleva hacia el interior de la isla, donde el bosque mediterráneo es muy frondoso. Encuentro a un grupo de jinetes haciendo una

excursión a caballo, montan al paso entre las jaras con el mar al fondo. Es una estampa bellísima la de los caballos y el mar.

De vuelta al barco encuentro a la tripulación lista, vamos a salir a contemplar la puesta de sol el la playa. La flotilla se va reuniendo en la playa y cerramos el día escuchando música y contemplando al inmenso sol hundirse en el horizonte. El aroma a pino flota embriagador a nuestro alrededor.

Al amanecer  comenzó a soplar viento del sureste de 20-25 nudos , el fondeo esta protegido y tranquilo  pero  será un buen día para dar unos bordos  con buen viento pero protegidos de las olas disfrutando de una preciosa travesía. Vamos rumbo a   la playa de Ferragut donde el fondo  es de arena y estaremos resguardados del viento.

Hoy se han organizado escapadas a tierra con los dinghys  y carreras de paddle surf, los chicos compiten  entre ellos y cuando llega la tarde están exhaustos de tanta actividad así que devoran la cena.

Mañana la previsión es de viento del sur de 25-30 nudos y pasaremos desde Menorca hasta el Cabo de Formentor. Avisamos a la flotilla porque será una travesía corta pero intensa y queremos que están descansados.

Hemos encontrado en estas calas muchos clientes que alquilado el barco con Aproache en Menorca y nos hemos juntado esta ultima noche con mas gente.

Amanece nublado, con una ligera lluvia y el cielo gris. Hay 20 nudos con rachas de 25 nudos de viento y los atunes saltan por todas partes. Hay cientos. Se agradece el día nublado para navegar, izamos las velas y nada mas salir del socaire de Menorca empezamos a volar sobre las olas.

Tenemos 32 millas hasta Formentor y el barco navega a 9-9.5 nudos, algunos rociones nos mojan durante la travesía. Los barcos grandes de la flotilla toman ventaja sobre los más pequeños, pero no importa, todos llegaremos juntos. A unas 8 millas del Cabo vemos saltar en la proa una majestuosa aguja imperial de más de 2 metros de largo. Desde entonces el viento desapareció y las últimas 5 millas las hicimos a motor.

Llegamos al campo de boyas de Formentor, que está muy bien organizado. No permiten hacer reservas de  solo una noche  pero siempre encuentras sitio si llegas a partir de las 6.30-7 de la tarde cuando los barcos locales que han pasado allí el día se van a Pollensa.

Amarramos a las boyas y ya de noche los chicos salen de excursión hacia la montaña. Un paseo después de todo el día navegando les abre el apetito asi que vuelven a bordo   para preparse una buena cena, Joaquin y Gabriel  preparan Spaguetti carbonara para 25 personas .Menos mal que tenemos una perola gigante.

Por la mañana, con la luz del día se puede apreciar la belleza del paraje, estamos en una cala solitaria bañada por un agua transparente que invita al baño. Es un paraíso natural, donde una vez mas podemos admirar el maridaje de mar y montaña que caracteriza a estas islas y que las hace equilibradas y enormemente bellas.

 

Desde Formentor iniciamos el camino de vuelta a Palma. Salimos al alba porque tenemos 25 millas hasta la Cala de la Calobra y queremos disfrutar de la navegación a orillas de los acantilados y de la Sierra de Tramontana. Se llama así por estar abierta a estos vientos y es patrimonio mundial de la Unesco desde 2011. Tiene 90 Km de largo y forma la columna vertebral de Mallorca, desde Andraitx hasta el Cabo de Formentor.

Pasamos por la Cala San Vicente, la Cala Codolar, Cala Capellans y por fin llegamos a Sa  Calobra.

Es un lugar imponente, con unas enormes montañas que delimitan un desfiladero, si bajas a tierra puedes ver que son dos playas divididas por el Torrent de Pareis , un río que baja desde el pueblo de Escorca. El lugar es una escultura natural de proporciones colosales.

Desde alli vamos a pasar la noche a Soller, alli hay bastante bullicio en el fondeadero pero finalmente todos encontramos acomodo. Uno de los patrones de nuestra flotilla que es mallorquín encarga a un pescador local una deliciosa gamba roja de Soller para la cena.

La mayoría aprovechamos la mañana siguiente  visitando la ciudad en el tren que recorre la misma desde el puerto hasta la ciudadela. El dia está algo nublado y el paseo por Soller es estupendo. Es un pueblo enclavado en medio de un valle de naranjas, hay huertos frondosos y cientos de flores en los jardines. Llegamos a visitar la ciudad antigua, repleta de monumentos emblemáticos como la iglesia neogótica de San Bartomeu. Bonitas tiendas de artesanía local se desperdigan por las callejuelas de piedra.

 

Después de la excursión en Soller salimos , rumbo  a Andraitx, paramos a comer en la Foradada, una cala famosa por su arco de piedra que  mi me recordó al de Las Catedrales.

Tras la parada ponemos rumbo a la Dragonera, a 15 millas, al poco de salir una pandilla de delfines juguetean en la proa un buen rato, el tiempo suficiente para poder inmortalizarles para siempre en nuestras fotos.

Para pasar la noche intentamos reservar boyas en San Telmo pero al no tener suficientes para toda la flotilla decidimos seguir y fondear en Camp de Mar. Allí hay un restaurante en un islote y algunos de nuestros compañeros reservaron mesa para cenar.

Nos quedaba ya un día, el ultimo día de flotilla, estábamos a  pocas millas de Palma y fondeamos en Cabo Malgrat para comer y darnos el ultimo baño.

Levantamos el fondeo  e izamos velas para disfrutar de una preciosa navegación con el embat entrando en la bahía de Palma y despedirnos de las siempre maravillosas islas Baleares.

La ultima noche de la flotilla es tradición  celebrar la gran cena final, habíamos reservado en un restaurante cerca de la catedral de Palma, esta vez  los jóvenes  también vinieron con nosotros para despedirnos todos juntos  hasta la próxima flotilla y hacernos la típica foto de familia.

Un año más, un destino más y otra vez lo mismo, el poder compartir con todos los que quieres el amor por el mar, la naturaleza, la buena comida y la navegación por otro paraíso.

Solo nos queda esperar al año próximo para repetir nuestra flotilla de amigos.

Para alquilar un barco en Mallorca , alquilar un barco en Menorca o alquilar  un catamarán en Ibiza , Aproache es la compañía de confianza desde 1988

 

Carmen Hernández